· Cinco décadas después de haber organizado por primera vez en Galicia una competición regional de Optimist el Monte Real Club de Yates celebra este mes de febrero en Baiona una nueva edición del Campeonato Gallego de la clase
· A bordo del “Canario” y el “Tortuga” los hermanos José y Javier de la Gándara junto con Santiago Campos resultaran ganadores de aquella primera edición de la competición disputada en la bahía baionesa los días 22 y 23 de agosto de 1970
· En los Optimist traídos primero de Francia, después desde Barcelona y construidos finalmente en el Ferramentas y en Lagos para las Escuelas de Vela de La Foz y del MRCYB aprendieron a navegar muchos regatistas de la actualidad
· Aunque con el paso del tiempo fueron evolucionaron los materiales, la filosofía con la que se creó el Optimist sigue intacta y se mantiene como un barco sencillo que permite a los más pequeños disfrutar del mar y la vela
El Monte Real Club de Yates de Baiona conmemorará a finales de este mes el medio siglo de vida de la clase Optimist en Galicia celebrando una nueva edición del Campeonato Gallego que el propio club acogió por primera vez en 1970.
A bordo del “Canario” y el “Tortuga”, los hermanos José y Javier de la Gándara resultaran ganadores (primero y segundo respectivamente) de aquella primera edición, que se disputara los días 22 y 23 de agosto de 1970 bajo el nombre de “I Regatas regionales Optimist – Campeonato Gallego”.
17 jóvenes regatistas de la Escuela de Vela de La Foz, el Real Club Náutico de Sanxenxo, el Real Club Náutico de Vigo, el Club Náutico de Panxón y el propio Monte Real se reunieran durante aquellos dos días de verano en la bahía baionesa para disputarse varias pruebas en un campo triangular de recorrido olímpico.
Tras los hermanos Gándara, el tercer puesto del podio de aquel primer campeonato de Optimist fue para el “Anduriña IV”, tripulado por Santiago Campos; Pablo Vasconcellos quedó cuarto a bordo del “Bayona II”; y el “Don Ramón”, de Ramón Alonso, del RCN Vigo, firmó la quinta posición.
Se entregó también entonces un premio especial al regatista de menor edad, que fue a parar a manos de Pablito Pereiro por «demostrar -según dicen las crónicas de la época- una gran pericia manejando a la perfección su mini embarcación”.
Con la celebración del primer Campeonato Gallego de Optimist, el Monte Real Club de Yates dio, en los comienzos de la década de los 70, el gran impulso para la consolidación de una clase que llegara a Galicia algunos años antes de la mano de Pepe Gándara, el padre del histórico Javier de la Gándara.
Gándara conoció este nuevo tipo de barcos en la revista estadounidense «Popular Mechanics Magazine” (distribuida en España bajo el nombre de “Mecánica Popular”), en la que se publicaron unos sencillos planos con los que, en principio, cualquier persona con algunas herramientas y un poco de maña, podía fabricarse su propio Optimist de madera.
Tras verlos ya construidos en Barcelona, Gándara decidió traerlos Galicia. Al primer Optimist que navegó en aguas gallegas en el año 68, lo llamó “Don Andrés”, en honor a su hijo pequeño. En el año 69 ya había en bahía baionesa (en la Escuela de La Foz que lideraba Antonio Ruiz) 15 unidades de estos nuevos veleros, conocidos como los “Ferramentas”, porque los construía un carpintero de Ladeira conocido por ese nombre, con velas de nailon fabricadas en una empresa de toldos de Vigo. Eran barcos con los que, durante los primeros años, solo navegaban en los meses de verano. Apenas un año después, ya con los Optimist asentados como pequeña flota en el Monte Real Club de Yates, se celebró el Primer Campeonato de Optimist de Galicia.
La prensa de aquel entonces felicitó al club baionés por «contribuir a crear numerosos jóvenes patrones que en el futuro van a constituir las dotaciones de los numerosos barcos de crucero con los que cuentan las unidades deportivas de la ría de Vigo”, decía textualmente. Y así fue. Porque aquellos niños son hoy algunos de los destacados regatistas que navegan en las rías gallegas.
Tanto la Federación Española de Vela como la Federación Gallega de Vela de la época, presidida por José Ramón Fontán, ayudaron a la consolidación de la clase en Galicia subvencionando la compra de numerosas unidades. Unos barcos que pasaron de las 3.000 pesetas (unos 18 euros) de los primeros “Ferramentas” a las 8.000 pesetas (unos 48 euros) que se pagaron por los de una mayor calidad y las 10.000 pesetas (60 euros) que costaban al inicio de los 70.
En otoño de 1971, solo un año después de la celebración del primer campeonato gallego de Optimist, en las competiciones de la clase en Baiona participaban cerca de una treintena de unidades, y no se tardó mucho tiempo más en superar los 60 optimist. En Galicia rondaban los 200 optimist (en la actualidad hay unos 400, de los cuales participan en competiciones oficiales unos 120). Entre los jóvenes regatistas de aquellos primeros años estaban José, Ángel y Javier de la Gándara, Pablo Vasconcellos, Jaime Varela, Alberto Torné, Rodrigo Andrade, César Casqueiro, Fernando Yáñez, Genoveva Pereiro, Ignacio Retolaza, Alfonso Zulueta o Piluca Presa, entre otros muchos.
Los Optimist españoles se construían en Barcelona (La Industrial Velera Marsal), en Palma de Mallorca (los astilleros Copino y Darder), en Torrejón de Ardoz (Taylor Española) y aquí en Galicia, en los prestigiosos Astilleros Lagos de Bouzas (Vigo), de los que salieron gran parte de las unidades que navegaron a partir del año 70. Eran Optimist que se hacían a imagen y semejanza de los primeros barcos de este tipo nacidos en Clearwater (Florida).
Allí, en 1947, un grupo de niños “regateaban” por las calles de Clearwater con pequeñas cajas de jabón y una vela que fabricaban ellos mismos. El alcalde de la ciudad decidió prohibir esas regatas por las calles, para que no molestasen a la gente, pero se reunió con un diseñador de barcos, Clark Mills, al que le pidió que convirtiese las cajas de jabón en un barco para niños lo más barato posible.
Y así fue como nació el Optimist, el primer barco de vela cangreja y un solo tripulante que con el tiempo fue adquiriendo cada vez más fama, tanto nacional como internacional. En 1954 “saltó el charco” y se empezaron a construir los primeros en Europa, concretamente en Dinamarca; en 1962 nacía la Optimist Class Racing Association, en Inglaterra; y poco después se formó la Asociación Europea de Optimist. Finalmente, en 1995 el Optimist fue aceptado como clase internacional.
Aunque con el paso del tiempo han ido evolucionando los materiales con los que se construyen, lo cierto es que tanto la forma de los Optimist como su filosofía siguen intactas. Nació como un barco sencillo que permitiese a los niños disfrutar del mar y de la vela y, más de medio siglo después, ese propósito no ha cambiado.
Celebrar esa idea y las cinco décadas que cumple el primer Campeonato de Optimist disputado en Galicia en 1970 es el objetivo del Campeonato Gallego de Optimist – Trofeo Baitra que se disputará en el Monte Real Club de Yates a finales de febrero.
( Reportaje: Rosana Calvo / Fotos: Archivo del MRCYB y cedidas por Javier de la Gándara, César Casqueiro y Tomás R. de Robles / Documentos: Astilleros Lagos / Recortes de prensa: Archivo de Javier de la Gándara y hemeroteca de Faro de Vigo)