Tras más de treinta años prestando servicio a los socios del club y a los pescadores de la cofradía de Baiona, el Monte Real Club de Yates desmantela estos días su vieja grúa pórtico.
Construida en Fundiciones Rey, en Vilagarcía de Arousa, gracias a una partida de fondos de la Secretaría de Estado de Turismo, la máquina llegó al club a principios de los años 80 para realizar trabajos de varado de embarcaciones en la villa marinera.
El traslado a Baiona se hizo por mar, y antes de ponerla en marcha el Monte Real firmó con la cofradía de La Anunciada un acuerdo para que todos los pescadores de la localidad pudiesen realizar en las instalaciones del club las varadas de sus barcos.
Desde entonces, la grúa funcionó a pleno rendimiento, varando entre 150 y 300 barcos al año. El único incidente que se registró con ella se produjo a comienzos de los años 90, cuando una de sus ruedas se salió del rail y dejó la máquina colgando hacia el mar, aunque sin llegar a caer al agua.
Varios arreglos, un cambio de motor y su adecuación a la normativa de riesgos laborales permitieron alargar la vida de una máquina que prestó un gran servicio al club. Este miércoles, 4 de noviembre, antes de comenzar con los trabajos de desmontaje, la grúa varó su último barco, el Rustrillas del Monte Real Club de Yates.